Por la tarde fui a comprar unas cosas al centro.
Imagino que un paseo de este tipo debe ser cansado en cualquier ciudad, pero en una ciudad de 23 millones de habitantes … ¡es agobiante!
Me senté un rato a descansar en unos escalones de la vereda … me cansé más todavía al ver circular personas ausentes, tristes, con la mirada perdida. Hasta que mis ojos se cruzaron con los de un niño, como de año y medio, que su papá sostenía en brazos, mientra rebuscaba entre unos discos. Se veía muy despierto, vivo. Mi sonrisa fue instantánea y él me la regresó. Entonces comprendí por qué debemos ser como niños para poder entrar al reino de los cielos…
Imagino que un paseo de este tipo debe ser cansado en cualquier ciudad, pero en una ciudad de 23 millones de habitantes … ¡es agobiante!
Me senté un rato a descansar en unos escalones de la vereda … me cansé más todavía al ver circular personas ausentes, tristes, con la mirada perdida. Hasta que mis ojos se cruzaron con los de un niño, como de año y medio, que su papá sostenía en brazos, mientra rebuscaba entre unos discos. Se veía muy despierto, vivo. Mi sonrisa fue instantánea y él me la regresó. Entonces comprendí por qué debemos ser como niños para poder entrar al reino de los cielos…
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