La tierra, la naturaleza entera, muestra su disgusto contra los malos tratos que le hemos brindado.
Y sospecho que, a medida que se acerque la época del Gran Cambio … será más elocuente.
La hemos descuidado como si no fuera parte de nuestra vida, como si fuera ajena a nosotros mismos.
La escucho protestar mientras escribo esto, a través de los rayos y truenos de una de las tormentas eléctricas más fuerte de las que he sido testigo.
He presenciado sus quejas en los cinco sismos de gran magnitud que han sacudido a la Ciudad de México en la última semana.
¿Cuánto más tendrá que mostrarnos su rebelión antes de que hagamos algo efectivo para protegerla?
